El alcohol al volante mata

Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las principales causas de tragedias viales que se registran en el país. A pesar de las campañas de prevención y los controles que se realizan, todavía existen muchos conductores que no toman conciencia del enorme riesgo que representa para su propia vida y la de los otros manejar con un alto grado de alcohol en sangre.

En algunas provincias como Córdoba, Salta, Tucumán, La Rioja, Neuquén y Entre Ríos, existe la denominada “tolerancia cero” en los controles, es decir que a diferencia de lo que se aplica en otras jurisdicciones donde el límite máximo permitido para conductores es de 0,5 gramo por litro de sangre, en estos seis Estados provinciales no se tolera nada de alcohol en las personas que están al frente de un vehículo. Debe señalarse que algunos expertos en seguridad vial observan que la tolerancia cero es de difícil aplicación y por eso proponen que exista un margen (en este caso de 0,5 gramo por litro de sangre) ya que cuando un conductor que es sometido a controles presenta una tasa que no supera el 0,2 gramo, es tan bajo el nivel que podría darse una situación de falso positivo. Por otra parte, también deben tenerse en cuenta que los dispositivos de medición tienen un pequeño margen de error, aunque estas observaciones de ningún modo deben ser interpretadas como excusas para justificar la conducta de personas que manejan en estado de ebriedad. Pero más allá de las diversas interpretaciones que pueden darse en torno a las medidas permitidas y a los instrumentos de medición que se emplean en los controles, lo que debe estar fuera de toda discusión es que el consumo desmedido de bebidas alcohólicas es sumamente peligroso para la conducción de cualquier tipo de vehículos. Los reiterados casos de comportamientos irresponsables que se observan en conductores sorprendidos con límites de alcohol en sangre no permitidos por la ley de Tránsito debe ser motivo de preocupación de toda la sociedad. Las autoridades de los organismos con competencia en este asunto deben hacer cumplir la legislación vigente, sin excepción.

El alcohol es un tóxico depresor del sistema nervioso, y aunque en la mayoría de los casos el conductor no lo nota, consumir un sólo vaso de vino, de cerveza o whisky, por citar el ejemplo de unas pocas bebidas alcohólica, provoca una sensible disminución en la capacidad de conducción, dado que el alcohol altera la percepción y disminuye la capacidad de atención. En esta situación, además, se alargan los tiempos de reacción, por lo que las respuestas y maniobras se hacen más lentas y torpes; l visión se ve afectada, en especial, empeora la visión periférica (a los lados), se hace más lenta la adaptación a los cambios de luz (por ej. en caso de encandilamiento), y se perciben con dificultad los tonos rojos (tardan en reconocerse las luces rojas del semáforo, las luces de posición y las de freno). El alcohol también provoca en el conductor una falsa sensación de seguridad que lo lleva a cometer errores de interpretación, lo que predispone a exceder los límites de velocidad y a todo tipo de violaciones a las normas de seguridad en el tránsito.

Muchos conductores, lamentablemente, todavía no han tomado conciencia de los peligros a los que se exponen cuando asumen conductas de riesgo de este tipo. En la autovía que une Resistencia con la ciudad de Corrientes, donde algunos vehículos se desplazan a velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora, un conductor bajo los efectos del alcohol podría llegar a recorrer varios kilómetros sin prestar la atención que demanda una conducción segura aumentando así la probabilidad de provocar un accidente de consecuencias lamentables.

09.10.2017
http://www.diarionorte.com/article/158087/el-alcohol-al-volante-mata